Situado en el centro de la ciudad

En los antiguos terrenos de un convento

El Parque San Francisco en Oviedo recibe su nombre del antiguo convento de San Francisco que se encontraba en estos terrenos. Fundado en el siglo XIII, el convento fue un importante centro religioso y cultural durante siglos. Tras la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, el convento fue expropiado y sus terrenos se destinaron a uso público, convirtiéndose en el parque que conocemos hoy.

A lo largo de los años el parque ha sido transformado y embellecido con árboles, esculturas y estanques que han añadido un toque de serenidad y belleza al paisaje. Este espacio verde no solo ofrece un lugar para relajarse y conectarse con la naturaleza, sino que también mantiene vivo el legado histórico de Oviedo.

Un vibrante refugio urbano

Vistas al centro de Oviedo

Inicialmente, se plantaron robles, cedros y magnolios, que hoy en día ofrecen sombra y frescura a los visitantes. La vegetación del parque ha sido cuidadosamente seleccionada y mantenida. Los parterres de flores añaden un toque de color y vida, especialmente en primavera y verano. Este entorno natural ha convertido al parque en un oasis de tranquilidad en medio del bullicio urbano.

En cuanto a las esculturas, el parque ha ido incorporando obras significativas. Destaca la escultura de Mafalda, una querida figura del cómic creada por Quino, que se ha convertido en un punto de encuentro y un atractivo turístico. Se han añadido fuentes y monumentos que embellecen el espacio y reflejan la riqueza cultural de la ciudad. Esto hace del Parque San Francisco un lugar para la relajación y el disfrute de la naturaleza, un espacio de inspiración y aprendizaje cultural.

Entrada a un oasis urbano transformado

Puerta a un viaje de naturaleza y cultura

El Arco del Campo San Francisco en Oviedo es mucho más que una simple estructura; es una puerta al pasado y al presente del parque. Originalmente, este arco formaba parte de la iglesia románica de San Isidoro el Real, construida entre los siglos XII y XIII. Con su diseño clásico, el arco no solo marca la entrada al parque, sino que también evoca la elegancia y la tradición de tiempos antiguos.

Bajo el arco

Un umbral hacia la serenidad y la historia

Al pasar por él, los visitantes se sienten transportados a un oasis de tranquilidad en medio de la ciudad, recordando las raíces profundas y el legado cultural que el Parque San Francisco ha preservado a lo largo de los años. Este arco simbólico es, sin duda, un guardián de la memoria y las experiencias que el parque ofrece a cada visitante.